domingo, 2 de diciembre de 2012

NECESIDADES DE LA INFANCIA

           Las necesidades infantiles son el criterio de referencia obligado para una comprensión adecuada del bienestar infantil, de las situaciones que suponen riesgos al mismo y, por tanto, de las intervenciones encaminadas a promover tal bienestar o a paliar sus posibles carencias.

Las necesidades infantiles permiten contextualizar las deficiencias o formas de maltrato a partir de una teoría positiva de las necesidades del niño/a y de las relaciones intrafamiliares, además de orientar la intervención hacia la prevención y el apoyo a la familia de origen.
El ser humano, a lo largo de su ciclo vital, necesita de determinadas condiciones para desarrollarse adecuadamente. Estas necesidades son de naturaleza biológica y psicosocial y deben ser consideradas como características de la especie humana, aunque algunas de ellas son compartidas con otras especies.
Los adultos debemos responder a estas necesidades de los menores porque ellos no tienen la misma capacidad de autoprotección: son más vulnerables, no pueden decidir sobre su vida de la misma forma, no se saben defenderse de los peligros y las consecuencias, en ocasiones, tienen efectos irreversibles. Estos hechos, entre otros, hacen necesaria la función protectora de las personas adultas.     
Tampoco debe entenderse al niño/a como un receptor pasivo en la satisfacción de sus necesidades. Él es un agente activo en las decisiones que le afectan y en todas las actividades de interacción con los demás. Desde pequeño, en la medida de sus posibilidades, deben tenerse en cuenta sus peticiones, hacerle partícipe de las decisiones que le afectan y conseguir que sea agente activo que contribuya eficazmente a satisfacer sus propias necesidades y las de los demás.
 Pero qué necesidades especiales tiene el niño que no tenga cualquier otro ser humano. Una de las clasificaciones más reconocidas a nivel internacional de necesidades humanas es la elaborada por Abraham Maslow. Esta clasificación está basada en la teoría de la jerarquía motivacional del mismo autor. Según Maslow las necesidades superiores sólo desplegarán su potencialidad motivadora cuando las inferiores estén mÍnimamente cubiertas.
La clasificación la desarrollamos a continuación:

1. Necesidades fisiológicas: hambre, sed, sueño, sexo, descanso, ejercicio, evacuación, evitar el dolor... Tienen que ver con los impulsos fisiológicos relacionados con el concepto de homeostasis. Estas necesidades son primordiales y el ser humano tiende a satisfacerlas antes que el resto de necesidades.
2. Necesidad de seguridad: alojamiento, protección del bienestar físico, económico o psicológico.
3. Necesidad de filiación: amor y afecto, amistades, asociación con otros... El amor no es en este grupo un sinónimo de sexo.
4. Necesidad de autoestima: autoconfianza, independencia, logros, status, reconocimiento personal, respeto...
5. Necesidad de autorrealización: realizar los propios potenciales, comportamiento creativo, identificación con los problemas de la humanidad...

Pero seguimos con la duda, ¿cuáles son las necesidades diferenciales de la infancia? Quizá sean las mismas que señala Maslow pero adaptadas y desarrolladas de forma específica al momento evolutivo en el que se encuentra la infancia. Félix López realiza la siguiente clasificación de necesidades específicas de la infancia:
La taxonomía que propone Félix López en el libro Las necesidades de la infancia y protección infantil, recoge las siguientes:
1. Necesidades de carácter físico-biológico:
Alimentación.
Temperatura.
Higiene.
Sueño.
Actividad física: ejercicio y juego.
Integridad física y protección de riesgos reales.
2. Necesidades cognitivas:
Estimulación sensorial.
Exploración física y social.
Comprensión de la realidad física y social.
Adquisición de un sistema de valores y normas.
3. Necesidades emocionales y sociales:
Sociales:
– Seguridad emocional, identidad personal y autoestima.
– Red de relaciones sociales.
– Participación y autonomía progresiva, a la vez que necesidad de establecer unos límites al comportamiento
Sexuales:
– Identidad sexual.
Con el entorno físico y social:
– Protección de riesgos imaginarios.
  Interacción lúdica. 

Por consiguiente, las diferentes formas de maltrato infantil pueden ser ubicadas en relación a la teoría de las necesidades expuesta por este autor. Esta teoría no sólo permite comprender mejor las diferentes formas de maltrato infantil, indicando la necesidad que está amenazada o se impide satisfacer, sino que permite hacer una evaluación global teniendo en cuenta no sólo los riesgos que vive el niño, sino también el grado en que sus necesidades están cubiertas.
Además de esto, el desarrollo sano de un niño o niña es la consecuencia del predominio de experiencias de buen trato que han conocido en su vida. Por lo tanto, el bienestar infantil es producto del buen trato que el niño recibe, y éste a su vez es el resultado de las capacidades de los padres para responder adecuadamente a las necesidades de sus hijos. Para que esto pueda producirse, deben existir, así mismo, recursos comunitarios que ayuden a los padres a cumplir su tarea y a los niños a satisfacer sus necesidades.